Esta es una de esas casas antiguas que han conocido a diferentes familias y generaciones, donde muchas Semanas Santas y Navidades se celebraban alrededor de una gran mesa. Las tardes templadas se siguen disfrutando, sin prisas, en la gran terraza con vistas al castillo, una imagen singular que cambia a cada hora del día. La casa tiene un gran potencial ya que en la planta baja, en el gran jardín, las antiguas caballerizas se pueden convertir en nuevos espacios. En una parte del jardín hay un picadero que se puede reutilizar o quitar. El gran estanque/piscina es imprescindible en los días calurosos del Alentejo. Subimos al primer piso, actualmente habitado y encontramos una habitación en el lado izquierdo cuya ventana parece enmarcar un cuadro con la imagen de la Pousada de Estremoz arriba. En el lado derecho del pasillo encontramos la sala de estar. Es a través de esta estancia que podemos salir directamente a la terraza y también acceder a las escaleras que nos conducen a una gran buhardilla. También hay un pequeño aseo de invitados. Más adelante, el comedor se comunica con la cocina, con un espacio generoso. Por aquí podemos acceder a una gran terraza. También encontramos 3 dormitorios, 1 de ellos interior y 1 baño completo. El suelo de la casa es una mezcla de baldosas antiguas y parquet, lo que le da un gran encanto. El ático, de gran altura, cuenta con varios compartimentos que alguna vez fueron utilizados como dormitorios. Es un espacio que agranda significativamente la casa. La casa necesita algo de rehabilitación. En la planta baja con acceso a la calle principal también hay una tienda con un contrato de arrendamiento renovado anualmente. Ubicado en Estremoz y a solo 2 minutos a pie del Largo do Gadanha, restaurantes, pequeñas tiendas y Rossio do Marquês de Pombal. 1h30 en coche desde Lisboa.